En múltiples ocasiones existen profesionales que ponen en tela de juicio si la persona que obtuvo un empleo es la correcta, y muchas veces es simplemente la tendencia que existe a la crítica apresurada.
En este contexto son pocos aquellos que se preguntan si las personas que trabajan en los puestos más altos tienen la experiencia necesaria y están listas para el trabajo, ya que en ocasiones transmiten una confianza que no cabe duda que están a la altura de las circunstancias, aunque algunos luego no lo crean.
Hacerse cargo de un alto puesto implica ser 'el capitán del barco' y, pese a que se el objetivo es hacer avanzar a la compañía de diferentes maneras, también puede darse
el caso que todos evitan, que es el fracaso.
El directivo es el responsable de la supervivencia de la organización y en momentos donde los líderes son verdaderamente honestos consigo mismos, esta idea puede llegar a aterrorizarles.
Aunque existen, son muy pocos los que reconocen ese miedo. A medida que se asciende en una organización la responsabilidad se incrementa e inevitablemente la confianza crece como fruto directo del éxito.
Los problemas
En este nivel hay líderes que se preguntan a quién pueden contarle los problemas.
En este caso existe una junta directiva, u órgano de control activo, donde podría considerarse conveniente compartir las preocupaciones, aunque muchos piensen que no es el grupo más idóneo donde hablar porque también pueden despedirle.
El miedo muchas veces viene de sentirse ‘responsable de todo’ cuando la realidad es que no lo es. Las decisiones de un presidente ejecutivo pueden destruir o crear valor, al igual que las fusiones o adquisiciones, el sello distintivo de la toma de decisiones por parte de los presidentes ejecutivos.
También es cierto que las decisiones que se van tomando a diario pueden lidiar con estos cambios, siendo muy difícil hoy en día que una organización sobreviva indefinidamente.
La transición de altos cargos en las compañías es muy parecida a la que se hace en política, por lo menos en la forma en que los asesores, especialistas y observadores reaccionan ante ellas. Actualmente los altos cargos son el rostro de la organización de cara a los accionistas externos, ya que por ejemplo si se piensa en Apple se piensa en Tim Cook, por lo que estos líderes tienen la responsabilidad personal de proteger ese legado inviolable.
Esta circunstancia hace que en una sola persona recaiga mucha presión y el miedo es esencial en todos los líderes ya que, si se creen que fallaron, se catalogarán siempre como fracasados.
El género
Curiosamente muchas investigaciones han demostrado que un líder puede lidiar con ese miedo existencial de manera diferente según el género.
Existe una gran diferencia con respecto a lo confiados que pueden llegar a sentirse los hombres y mujeres cuando se enfrentan a nuevos retos, ya que ellos dicen sin dudarlo que ‘si’ a la primera, mientras las mujeres prestan más atención a los pros y a los contras. Este factor a veces se interpreta como falta de confianza, por lo que puede ser una de las razones por las que los hombres ascienden de puesto laboral más que las mujeres.
La tendencia de las mujeres a ser más introspectivas puede ayudarles a que eventualmente lleguen a la cima con el miedo. Por el contrario es menos probable que los hombres reconozcan que esa responsabilidad pueda resultar aterradora y es menos probable que hagan algo al respecto.
Así como el miedo, un vez se llega a la cima, no puede ignorarse, tampoco tiene por qué incapacitar a un líder, sea hombre o mujer. Es mejor reconocer que el miedo forma parte del desarrollo del trabajo de un presidente ejecutivo, para que pueda llegar a controlarse y no aparezca cuando necesite pensar o actuar deprisa y con mayor claridad.
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