Desde hace unos meses venimos hablando sobre el tipo de ayuda que nos mueve a las personas, las conductas altruistas en general y el papel del liderazgo en este estilo.
Hoy seguiremos profundizando en
¿POR QUE AYUDAMOS?
¿Influye la personalidad en la conducta altruista?
Podemos identificar una conducta altruista de un padre o una madre hacia su bebé; también la de una persona con personalidad cooperadora hacia su entorno más inmediato y podemos fijarnos en la extensividad de algunas personas. Este concepto se describe como la capacidad de sentir empatía y responsabilidad por los componentes de grupos que no son los propios (otras famílias, otros equipos de trabajo...), hablamos de grado superior a la cooperación normal de un equipo. Normalmente tratamos con personas con algo de sentido de la comprensión por
los otros pero no con este aspecto tan desarrollado. Estadísticamente no sería tan común.
los otros pero no con este aspecto tan desarrollado. Estadísticamente no sería tan común.
Si existen diferentes estilos y grados entre las personas que prestan ayuda, ¿Por qué no también los hay en las que la reciben?
Por ejemplo: Las personas con mucha autoestima suelen tener más reacciones negativas ante una conducta de ayuda dirigida hacia ellos, en comparación con las de poca autoestima.
ASPECTOS QUE PODEMOS ENCONTRAR EN UNA ORGANIZACIÓN
Toda conducta general tendrá que ser lógica y no asistencial, las personas queremos unir esfuerzos y crear sinergias, pocas buscamos activamente la dependencia de alguien.
En el próximo artículo identificaremos casos de conducta prosocial más cercanos a nuestro entorno ligados a diversas teorías como la equidad.
En F.O.C. trabajamos para difundir nuevos procesos y tendencias de desarrollo humano, nuestras formaciones pretenden ser el máximo de prácticas posible mirando siempre hacia el futuro.
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