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"Casi
siempre miro hacia delante. Y es precisamente ahora que, en estos
momentos convulsos de nuestra situación nacional y su repercusión
internacional, no solo es el tiempo de resolver problemas, sino también
de comenzar a preocuparnos de la verdadera economía futura de nuestro
país. Déjenme, que les cuente algo.
Hace unas pocas semanas vino aquí a Iowa City, en donde ahora me encuentro, el presidente Obama. Vino desde Washington exclusivamente a hablar a los profesores y alumnos de esta Universidad. Y en uno de sus edificios, la Field House, en un pequeño estrado improvisado al efecto,
Obama, utilizando un lenguaje coloquial y en apenas unos 20 o 25
minutos, habló de la necesidad de instrumentar políticas capaces de
proteger los intereses de los estudiantes y mimarlos sobremanera en los
esfuerzos que realizan. Y del mismo modo proteger a ese gran bien que
son los
profesores capaces y preparados que tiene la universidad
americana y sus esfuerzos de futuro. Obama señaló que eso constituía
para él un tema prioritario en su política nacional.
Y en ese contexto habló de economía, señalando que Estados Unidos
ya estaba en crecimiento y que la continuidad ascendente de ese
crecimiento iba a depender, precisamente, de todos los que allí
estábamos. "Porque -más o menos dijo- es en la Universidad y sus
profesores y sus estudiantes en donde reside la economía de un país pues
es del trabajo duro y el talento y las ideas que nace la verdadera
energía capaz de innovar, de crear cosas nuevas, nuevas tecnologías, que
son las que generen riqueza en el futuro. Vosotros sois de hecho la
riqueza de un país. Vosotros sois la verdadera economía de la que hay
que preocuparse pensando en el futuro".
Y
es verdad, y lo puede ver cualquiera a menos que sea intelectualmente
ciego. Y aun cuando en el fragor de las discusiones sobre bancos,
petróleo, carbón, versus energías no contaminantes como la eólica, o la
industria automovilística o la agricultura o tantos aspectos obviamente
de crucial importancia, no debiéramos perder la perspectiva de las
inversiones en esa economía del futuro.
Y
en esa perspectiva esta la creación de nuevas fuentes de riqueza que
precisamente residen, más que en cualquier otra cosa, en pensar mucho y
bien y para ello hay que invertir y exigir a los estudiantes, ayudando a
construir mentes capaces y dispuestas a trabajar duro por nuestro país.
Hay que invertir en la base de todo ello que de verdad son los
maestros, genuinos artífices del talento. No todo el mundo vale para ser
un buen maestro.
Y
debiéramos procurar que quienes no sirvan para ese trabajo no lo hagan,
pues es de ellos de quienes depende el futuro del que hablo. Hay que
comenzar a invertir, pronto ya, para que hayan mejores laboratorios,
mejores instrumentos de trabajo, mejor tecnología que nos adelanten en
la investigación científica que viene. Y siempre más y mejores
profesores y estudiantes. Eso es riqueza. Y eso es lo que de verdad
construirá la economía del futuro.
Hay
que hacer un enorme esfuerzo por cambiar los paradigmas culturales de
España. Y hacerlo desde la base, desde la familia, desde el colegio.
Hay
que forzar el cambio desde la inteligencia pobre, zorruna y corta, a la
inteligencia larga de la responsabilidad y la honestidad. Hay que hacer
paralelo el culto por el deporte, con el culto por la investigación
científica. Hay que crear, desde arriba, el sentimiento orgulloso de
poseer, como pueblo, gentes que dignifiquen a todos los demás con el
pensamiento sobresaliente y los descubrimientos científicos nuevos.
Y
esto ultimo si es de verdad riqueza, real, material. Y es la ciencia la
que con sus logros, sus patentes, su tecnología y su fuente de
conocimiento da como resultado el verdadero prestigio internacional.
Verdadero prestigio, y eso lo tenemos tan olvidado, que nace de algo que
esta más arriba de las piernas y que es el cerebro y los valores y el
pensamiento que destila. Futbol si, tenis y coches de carreras también,
pero pensamiento más. Once personas dándole patadas a un balón, por muy
bien que lo hagan y muchas emociones que generen, eso, por sí solo,
constituye simplemente mostrar las vergüenzas de un pueblo viejo que ya
piensa poco.
Pienso
en la clase política, (incluyendo por supuesto y sobre todo, los
presidentes que hemos tenido en nuestra democracia) que no han tenido
nunca una prioridad en sus políticas en ese sentido de futuro que ahora
comento. Y no lo han hecho ni siquiera ante el panorama internacional
comparativo evidente que ha mostrado siempre tanta pobreza de
pensamiento y ciencia (tan alejados de conseguir ningún premio Nobel
-bueno, de hecho, hemos tenido uno en toda nuestra historia y de eso
hace ya mas de cien años- ).
Font: F.O.C. |
Cuando
pienso en esto me entristezco. Y me resisto a ello. No me da la gana
seguir imaginando un paisaje negro cuando precisamente ahora, ahora
mismo, hay aquí un sol que desparrama luz y calor por los frondosos
verdes que contemplo desde mi ventana."
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