diumenge, 9 de febrer del 2014

Fer amics a la feina per Expansión

Hacer amigos en la oficina nunca estuvo tan bien recompensado. Las empresas buscan empleados con influencia sobre el resto y éstos consiguen ascensos, más dinero y el reconocimiento de los responsables de la compañía.
Font: F.O.C.

P&G y Cisco Systems están buscando influenciadores, o empleados que tienen buenos contactos y son considerados confiables por sus colegas. Cuando los encuentran, las firmas aprovechan su influencia para concebir productos, conseguir el apoyo de los trabajadores cuando hay una fusión con otra empresa, o difundir información en la compañía. Antes estos empleados pasaban desapercibidos. Pero el crecimiento de las redes sociales ha destacado la importancia de las conexiones y las compañías quieren capitalizar el poder de estos trabajadores. Los influenciadores obtienen beneficios: dinero, ascensos y oportunidades para codearse con los ejecutivos.

Para detectar a estas personas, algunas empresas realizan encuestas y hacen preguntas como: "¿A quién recurre cuando tiene un mal día en el trabajo?" o "¿A quién recurre cuando tiene una pregunta que parece obvia?". También pueden aprovechar el email y los calendarios online o los sitios donde se alojan mensajes internos. El resultado es una extensa red de conexiones. Los ejecutivos dicen que los influenciadores suelen ocupar puestos acordes con sus habilidades —como un gerente que trabaja con varios departamentos— pero dicen que se han sorprendido al descubrir, por ejemplo, un empleado del área informática apuntalando una relación inestable entre oficinas de dos continentes.

La empresa de software Salesforce.com utiliza un producto propio llamado Chatter, una Facebook corporativo, para identificar a sus influenciadores, dice Peter Coffee, vicepresidente de investigación estratégica de la compañía. Mediante algoritmos, analiza los datos: cuántos seguidores tiene cada empleado, con cuánta frecuencia publican algo sobre su trabajo, y si generan comentarios. A todas las cuentas de Chatter –sus 12.800 empleados están en la plataforma– se les asigna un ranking de influencia. Los 20 principales chatterati son invitados a asistir a su reunión global de altos directivos, que se realiza dos veces al año y a la que antes sólo accedían los principales 600 líderes de la empresa. Algunos gerentes tienen en cuenta la puntuación de Chatter para definir ascensos y remuneraciones.

"Lo que hace esto es decir: Eres más que el nodo que pasa de tu bandeja de entrada a tu bandeja de salida", señala Coffee. En efecto, muchas compañías indican que están identificando a una capa antes invisible de gente con talento.

Algunos peligros

No obstante, algunos expertos advierten del peligro de seguir este tipo de recomendaciones. Jerry Davis, profesor de la Universidad de Michigan, dice que las empresas podrían estar "premiando algo equivocado" si les otorgan demasiada importancia a las redes sociales. "Cuando se trata de ascensos o despidos, la cuestión se vuelve complicada", agrega. "Espere un minuto, yo creía que estaba haciendo muy bien mi trabajo, pero como no paso tiempo en las redes, ¿me van a despedir?", se imagina que podría argumentar un empleado.

HealthFitness, una firma de Mineápolis, contrató el año pasado a Syndio Social, una compañía de Chicago que ayuda a empresas a identificar a los empleados que pudieran ayudar a facilitar la transición hacia una nueva plataforma tecnológica. HealthFitness se jugaba mucho, incluyendo 30 millones de dólares y grandes expectativas de sus clientes. La empresa llevó a 30 influenciadores a sus oficinas en Lake Forest (Illinois), y les dio información adicional sobre el proyecto para que pudieran contestar las preguntas de sus compañeros y generar una reacción positiva.

Ojo con el entusiasmo 

Los influenciadores ayudaron a que sus colegas se sumaran al proyecto, recuerda el presidente ejecutivo, Paul Lotharius. No obstante, tuvo que asegurarse de que esta influencia fuera sólo una de las formas de evaluar a los empleados y que otros atributos, como el conocimiento o el liderazgo, no perdieran su importancia. "Casi caemos en la trampa de entusiasmarnos demasiado", cuenta. "Comienzas a pensar: Qué bien, puedo usar esto para todo".

Menos cauto es Sonny Garg, de la energética Exelon. Cuando la empresa se fusionó con Constellation Energy, en 2012, el área informática seleccionó un grupo de trabajadores con contactos para que actuaran como enlaces entre plantilla y directivos durante el "trastorno", dice Garg. La iniciativa no costó dinero y ayudó a conservar empleos.

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