Font: Sector Cuatro |
Justo
en este tiempo creo que esta definición es muy acertada. Muchas
personas tienen que hacer un ejercicio de creatividad para poner rumbo a
su vida profesional. A veces los peores momentos pueden convertirse en
oportunidades y hay quién así lo ve y, por el contrario, quien se
resigna o se viene abajo.
En
relación a esto, también hace unas semanas, otro programa de TV trataba
sobre personas que, habiendo estudiado una carrera universitaria, bien
nunca habían podido ejercer de “lo suyo” por falta de oportunidades,
bien lo hacían pero con unos sueldos “nimileuristas”. Entonces
claramente se veían los dos tipos de perfiles de persona mencionados: el
resignado y el ilusionado.
El
resignado era el que decía cosas como: “he echado más de 300 cvs y no
me llama nadie”, “sigo echando, no pierdo la esperanza”, “cinco años de
carrera para acabar cobrando un sueldo mísero”. El ilusionado, sin
embargo, aplicaba sin saberlo la “teoría de la creatividad” de Ferrán
Adriá. Se estaba buscando la vida de otra forma, simplemente, estaba
haciendo lo que le gusta. Arquitectos, ingenieros que, lejos de
empecinarse en seguir buscando algo de “lo suyo”, se dedicaban a otras
actividades que para ellos era una pasión. El caso que más me llamó la
atención fue el de unos chicos (con carrera) apasionados del patinaje
que habían montado clases en el parque del Retiro de Madrid. Comentaban
que estaban buscando contratar algún monitor más por el volumen de
alumnos que ya iban teniendo; incluso alguno de ellos no se planteaba
volver a su profesión (la de la carrera). Había otros casos similares
siempre con la misma base.
¿Cuál
era la clave de su éxito? En mi opinión, capacidad de trabajo, gusto
por lo que haces y, sobre todo, sus propias capacidades. Capacidades o
cualidades inherentes a su persona que hacen que, se dediquen a lo que
se dediquen en la vida, seguro acabarán teniendo éxito; de hecho ya lo
tienen y, despojados de prejuicios sociales, hacen lo que les gusta.
Quizá
consciente o inconscientemente se plantearon preguntas como estas: ¿Qué
me apasiona?, ¿Qué capacidad de trabajo tengo?, ¿Soy una persona
resultadista a corto o soy capaz de ir construyendo mi propio futuro
pensando en el medio/largo plazo?, ¿Qué cualidades tengo y son útiles
para lo que quiero hacer? Algunas de estas cualidades podrían ser:
constancia, ilusión, optimismo, capacidad de relación y sensibilidad
hacia otras personas.
Son tiempos difíciles pero a ellos la crisis les ha dado una oportunidad.
Raúl Arnaiz Placa. Director de RH y Voluntariado de PLAN ESPAÑA
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