dijous, 27 de març del 2014

Otra razón para explicar por qué nos cuesta tanto identificar el talento por Miguel Ángel Pérez Laguna

Identificar el talento.1El talento como algo esquivo, que cuesta identificar en gran medida por los numerosos ejemplos de profesionales del auto-marketing 2.0 con escasas capacidades reales y que ocultan un mercado de talento real, enfocando éste hacia el concepto de mejoras reales a través de la credibilidad y la coherencia, las referencias profesionales y la gestión del cambio como algo mensurable.
Hace algunos años, tuve la oportunidad de dar una pequeña ponencia en EXPO ELEARNING sobre las bondades de la formación on-line y su aplicación en la empresa a través de las acciones formativas de la fundación tripartita
La mayoría de los asistentes eran personas del mundo de la formación y, a buen seguro, pertenecientes a otras tantas consultoras que tratan en estos foros de coger ideas, captar clientes, y en suma hacer “pasillo” por la feria en busca de
colaboraciones fructíferas
Es interesante observar que aunque todos estábamos bien convencidos de las bondades de la formación on-line me daba cuenta, mientras explicaba su metodología, de cuán alejada estaba esa percepción, no solo en las pymes, sino en muchas de las grandes empresas en España.
Pero debemos entender esta reticencia no como algo enfocado directamente a esta modalidad de aprendizaje. Tiene que ver también con el “pánico escénico” del mundo del trabajo en nuestro país a adaptarse a los cambios. En ello seguimos teniendo una rémora no solo generacional, sino también una actitud heredada de aversión casi patológica a la introducción de novedades en el desarrollo de los recursos humanos (de lo cual ya hemos hablado en repetidas ocasiones, y que no es extraño si tanto nos cuesta cambiar nuestros modelos de gestión y producción). Pero seamos aún más transparentes. Gran parte de la responsabilidad recae en muchas empresas de formación que han vendido humo años y años. Han creado un par de páginas con un html básico, un par de enlaces, otras tantas imágenes, algún pdf para descargar y .. ¡e voilá! ya tenemos un curso on-line
Todo ello viene a colación porque el mismo esquema seguimos a la hora de tratar de identificar el talento. Y mucha de la responsabilidad en nuestra confusión conceptual viene de la mano de personas que venden no humo, sino auténticos fuegos artificiales en torno a sus habilidades. Lo que es aún peor es que están convencidos de bondades que no tienen, pero que se han acostumbrado a explicar, detallar y pormenorizar (olvidándose del verbo profundizar)
Sin tratar de sentar cátedra, es mucho más creíble si me pongo por delante. Sé que jamás seré un buen informático. Entre mis postgrados tengo un webmaster, sí, también he hecho páginas web sencillas, y hasta te puedo evaluar la usabilidad de una interfaz o corregir textos o imágenes, e incluso implementar un formulario y una bb.dd., pero no soy un programador porque no es mi área, no he enfocado mi carrera hacia el diseño ni los lenguajes de programación, y por supuesto sería absurdo tratar de venderme como tal y no como un profesional del capital humano orientado a la alta productividad.
Sin embargo, con cuatro palillos muchos emprendedores (no van a ser todos buenos) venden, entremezclando la audacia, la ilusión y mucha temeridad sus habilidades cuando estas ni de lejos alcanzan la categoría de profesionales (eso también abunda aquí, en NY todos los establecimientos de comida rápida tienen “the best pizza in Manhattan”, pero si eso no es real, ¿por qué en el mundo profesional no se pone en duda?)
Hoy mismo he sido testigo de un workshop desarrollado hacia la gestión del cambio por alguien que se hacía llamar “entrenador de neuronas”. Los consejos parecían sacados de Dale Carnegie y derivados, vendiendo más entusiasmo que prácticas útiles para derivar tu carrera profesional hacia el éxito. Como un empresario de la 5 avenida me decía hace unos días “ I don´t want winners selling winners”.
Talento.1Una reputación profesional se basa sobre todo en la coherencia y la credibilidad. Por eso el auténtico talento es tan difícil de ver entre esa hojarasca de consejos fútiles y profesionales curtidos en el automárketing. Por supuesto que cada uno es libre de tratar de alcanzar su meta profesional, y venderse en el modo que crea conveniente, faltaría más. Pero los demás también lo somos para opinar sobre lo que, desde mi punto de vista, crea un ejército de pseudolíderes y expertos en ser expertos ocultando a muchos profesionales con menos habilidades para el autobombo pero de grandes capacidades e indudable rendimiento
Cada una de las referencias que he recogido en mi vida profesional me ha costado demostrar capacidades con sudor, claro que sí. No puedo aconsejar sobre alcanzar el éxito rápidamente porque no he sido testigo ni protagonista de un proceso semejante. Y sería inverosímil tratar de mostrar quien no soy.
Casi es mejor que ese talento venga de la mano de quienes han tenido la oportunidad de verlo, de trabajarlo, de mejorarlo, de corregirlo, y de tener incluso el coraje de haberlo criticado, rectificado y exigido. Ese es el auténtico indicador, lo que nos muestra que una persona es capaz de superar los límites impuestos por su trayectoria, que no se queda en un mero currículum u hoja de vida, que va más allá para hacer de tu talento algo compartido, algo que se puede medir por sus acciones, por sus referencias, por una pro actividad al alcance de ser apreciada.
Ese es el talento que tanto miedo provoca, el que nos hace partícipes de un proceso de mejora continua, en el que tenemos la sensación de que contando con ese talento nosotros podemos ser mejores, podemos cambiar. Y ya sabemos el temor que eso provoca. Hasta podríamos alcanzar nuestras metas y todo lo que ello conlleva, entre otras cosas, crear nuevas.

Otro ejemplo: A pesar de tener miles de contactos en todo el mundo, yo sigo trabajando en mis redes sociales para ver cómo DEMOSTRAR. Porque muchas personas, desde EE.UU hasta Chile, han colaborado con su sinergia en darme un feedback continuo, por ello tengo cada vez más perfilado lo que significa identificar un talento real. Porque es el que mueve a mejorar de manera continua no sólo con palmaditas en la espalda o consejos genéricos sino con un increíble expertise, testado y chequeado a través de la experiencia de las personas que son una referencia en su mercado, y que se convierte por si sólo en un inigualable valor añadido.

Miguel Ángel Pérez Laguna

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